Palacio de Iturbide

Arquitectura

El Palacio de Iturbide, antiguamente conocido como Casa Moncada o Palacio de Moncada, fue comisionado por don Miguel de Berrio y Zaldívar, marqués de Jaral de Berrio, y su esposa, doña Ana María de la Campa Cos Ceballos y Villegas, condesa de San Mateo de Valparaíso, como un regalo nupcial para su hija María Ana de Berrio y Campa, la cual se desposaría con don Pedro Moncada el 6 de enero de 1768. El proyecto fue encargado en 1770 al arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres (aunque fue concluido por su cuñado Agustín Durán) y fue erigido sobre los restos del convento de la Orden de Santa Brígida. Su construcción finalizó en 1785.

Considerado como una joya arquitectónica del barroco novohispano, durante el siglo XVIII el Palacio de Moncada fue también la construcción más alta de la Ciudad de México, pues constaba de tres niveles: el piso bajo con un entresuelo, donde se encontraban las oficinas de la casa, las accesorias y la puerta de ingreso; el piso principal, donde se encontraba la habitación de la familia y la sala del estrado; y una logia en el tercer piso, que servía de mirador con vista hacía el norte del Valle de México. Además, en el tercer piso se encontraban dos habitaciones, a manera de torreones, que se piensa fueron utilizadas como salas de música, habitaciones de huéspedes o “sala de asistencia”, que servían para el recibimiento de familiares o visitas informales.

Originalmente, el Palacio estaba compuesto por tres patios: uno principal, prácticamente de planta cuadrada, y otros dos localizados al sur de la construcción, de composición más sencilla, donde se encontraban las caballerizas, las cocheras, los lavaderos, la cocina y en general, los servicios de la casa.

Su fachada se consideró vanguardista desde el punto de vista artístico, con tintes arquitectónicos del siglo XVIII. Muestra una combinación del tezontle en tonalidades rojizas y la piedra chiluca en tono gris en su pavimento, con un almohadillado en mayor escala que resalta el efecto de riqueza y al utilizar frecuentemente la guardamalleta.

Tras la muerte de María Ana de Berrio y Campa y la salida de México de don Pedro de Moncada, su hijo Juan Nepomuceno de Moncada y Berrio prestó la propiedad a diferentes personajes e instituciones, entre ellas a Agustín de Iturbide, quien después de la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, habitó la casa hasta el 26 de marzo de 1823, tiempo en el que fue coronado Primer Emperador Constitucional de México y desde entonces, se rebautizó la edificación como Palacio de Iturbide. Durante esa época, el edificio se mejoró y se acondicionó según las necesidades del personaje que lo habitaba, surgiendo, a partir de entonces, una larga lista de modificaciones.

Este Palacio se ha destacado cronológicamente como residencia familiar, sede de la Real Escuela de Minas, de oficinas públicas (por alquiler), hotel, cocheras para diligencias, cuartel, oficinas y locales de comercio. Sin embargo, las modificaciones más representativas se dieron durante su época como hotel, a cargo del arquitecto don Emilio Dondé.

En 1964 el Banco Nacional de México adquirió el inmueble y, poco a poco, recuperó su memoria y su vocación de Palacio a través de una importante restauración estructural de los interiores y la fachada, a cargo del arquitecto Ricardo Legorreta. Las obras concluyeron en 1972 y devolvieron al edificio su belleza y atributos originales. Desde entonces hasta el día de hoy es el centro operativo de Fomento Cultural Banamex, A.C. A partir de enero de 2004, abrió nuevamente sus puertas como Palacio de Cultura Citibanamex, después de dos años de restauración y acondicionamiento de nuevos espacios en donde el arte y la cultura son las atracciones permanentes.

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