La tejedora que salvó de la extinción al huipil huave

Entrevista con la Gran Maestra Francisca Palafox

El tradicional huipil huave de San Mateo del Mar, Oaxaca, consiste en tres lienzos de algodón natural, tejidos en telar de cintura, decorados con elementos marinos o de la playa y teñidos con caracol púrpura, añil o grana cochinilla. Esta prenda, que en su propio lugar de origen tiene que competir con la vestimenta juchiteca, ha logrado mantenerse viva gracias al trabajo de una de las mujeres de este pueblo, Francisca.

Francisca Palafox Herrán aprendió a tejer a los ocho años, viendo como lo hacían su mamá y sus hermanas. Hoy, aparece como Gran Maestra en el libro de Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica y es de las pocas mujeres de San Mateo que continúan con esta labor. “Unas treinta mujeres tejen, pero no de lleno, pues. Y ahora ellas lo hacen muy sencillo, ya no lo hacen a lo antiguo”. Con esto, Francisca se refiere a la pérdida de calidad que han sufrido los textiles a partir de los años ochenta del siglo pasado, cuando las artesanas empezaron a hacer tejidos más simples con hilos de menos calidad, debido a los deseos de la gente en los mercados de “comprar barato”.

Página dedicada a Francisca Palafox en el libro Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica.
Archivo Fomento Cultural Banamex, A.C. (Fotografía tomada por Aida Elías)

 

Además de la pérdida de calidad, muchas de las tejedoras no tejen de tiempo completo. Tienen otros trabajos, como salar pescado, que les ayuda a sostener a sus familias. Antes, Francisca también tenía que combinar el trabajo en el telar con un negocio de comida para mantener a sus tres hijos, hasta que fue “descubierta” por Remigio. “Yo trabajo con Remigio, de [la ciudad de] Oaxaca. Ahora estoy diario en mi telar, es lo que me gusta”.

Remigio, como le dicen todos a Remigio Mestas, es uno de los mayores promotores de los textiles indígenas, que ha logrado recuperar tradiciones casi perdidas como la del huipil huave. Originario de Yalalag, Oaxaca, Remigio acompañaba a su mamá a los mercados en la Ciudad de Oaxaca, en donde ella vendía sus rebozos a mil pesos, pero se los pagaban en 500. Después de terminar su licenciatura en contaduría, decidió que iba a dedicarse a dignificar el trabajo de las tejedoras con la búsqueda de una mejor calidad y un precio justo.

En su labor de preservación y rescate de los tejidos, Remigio le proporciona a las artesanas materia prima de alta calidad. “Él es el que me da el hilo de caracol, porque para que yo lo consiga es muy difícil” cuenta Francisca. Los hilos teñidos usando un líquido que sale del caracol púrpura, son una parte esencial del huipil huave. Desafortunadamente, son cada vez más difíciles de conseguir. Antes, hombres originarios de las costas de Oaxaca conocidos como “tintoreros” sacaban tinta del caracol púrpura, sin matarlo, y respetando sus ciclos de recuperación y reproducción. Sin embargo, la llegada de una compañía japonesa en 1980, y su explotación indiscriminada del recurso, ocasionó una gran escasez del caracol.

Francisca Palafox
Huipil Huave, 2017
Archivo Fomento Cultural Banamex, A.C. (Fotografía tomada por Aida Elías)

 

Francisca recuerda cómo antes no existían dificultades para teñir del tradicional púrpura los hilos de algodón. “Mi papá los pintaba, cuando iba de pesca. Ahora ya no los pintamos nosotros, ya no hay [caracol].” Cuando le preguntamos a Francisca si recuerda cuándo empezó a escasear el caracol, piensa un poco y luego responde: “Ya tiene mucho porque yo apenas lo alcancé a ver…”

A pesar de dificultades como esta, Francisca ha logrado continuar con la tradición del tejido del huipil huave. Ella misma siembra el algodón coyuchi, de origen prehispánico, y le enseña a sus hijos y a otras mujeres de la comunidad el arte del tejido en telar de cintura. “Tengo catorce mujeres que yo les he enseñado y que ya empiezan a hacer el tejido de huipil fino.”

En el año 2010, Francisca fue nombrada Gran Maestra del Arte Popular por Fomento Cultural Banamex, A.C. y algunas de sus piezas forman parte de la colección de arte popular de nuestra institución, una de las más grandes a nivel mundial. Además, Francisca ha viajado a sido patrocinada para viajar a varias ferias, la última de ellas el encuentro de bordadoras y tejedoras en Perú, Tinkuy 2013.

Desde sus inicios como una joven tejedora de ocho años, hasta el día de hoy, Francisca ha tenido claro su objetivo. Cuando se le pregunta si le gustaría rescatar el tradicional huipil huave, con todo lo que eso conlleva, la Gran Maestra responde deprisa: “Sí, ¡pues es lo que estoy haciendo!”