Palacio del Conde del Valle de Súchil
Historia
El Palacio del Conde del Valle de Súchil fue construido durante la segunda mitad del siglo XVIII por el maestro Pedro de Huertas, habiendo creado una majestuosa obra de la arquitectura novohispana, elegantemente decorada y planificada para formar parte del paisaje urbano de Durango. El palacio fue hecho por encargo de don Joseph Ignacio del Campo y Larrea, quien llegó a Nueva Vizcaya cuando era niño, alrededor de 1750. Las muy convincentes riquezas y demás méritos de Larrea le ganaron los títulos de Vizconde de San Juan de las Bocas y Conde del Valle de Súchil hacia 1774.

Las características de la casa dan cuenta de la maestría con la que fue construida. Los estípites de la portada, la presencia de las pilastras y columnas de una sobriedad de raigambre clásico y el vocabulario decorativo de tipo rococó, señalan que fue edificada poco después de la mitad del siglo XVIII.

Durante el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, el palacio tuvo diversos usos. Pasó a manos de Maximiliano Damm, ciudadano alemán llegado en 1850 y casado con una española de apellido Palacio. Su familia conservó el edificio intacto de 1858 a 1928, utilizándolo como residencia y tienda. Fue comprado posteriormente por hombres de negocios quienes lo utilizaron para fines distintos, hasta que fue adquirido en 1985 por el Banco Nacional de México y restaurado en 1988. En 2011, abrió sus puertas al público como Casa Señorial del Banco Nacional de México.

La casa actualmente ostenta la pintura que corresponde a su acabado porfiriano, pero quedan algunas muestras de la pintura del siglo XVIII. La más grande está en la pared de la escalera que relaciona los dos patios. Notabilísimas también son las puertas originales, talladas en combinaciones de varios tipos de madera.